Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


lunes, 4 de febrero de 2013

Del matrimonio para todos al matrimonio para nadie

En relación al matrimonio para todos, gran hallazgo para definir el matrimonio gay, se enfrentan las dos Francias: no la de la derecha contra la izquierda, sino la Francia católica contra la Francia laica. Es una vieja enemistad que data de la Revolución Francesa. A la autoridad del Rey y de la Iglesia se opuso una religión de sustitución, el culto de la razón que se convirtió de inmediato el culto de la laicidad. La laicidad no es la neutralidad, como lo vemos en el caso del velo islámico, sino un orden superior alternativo al de la Iglesia Católica.

Entre estas dos religiones, la violencia ha sido siempre la norma, no el debate. Cuando el Estado se separó de la Iglesia en 1905, la Gendarmería vació las iglesias bajo el pretexto de hacer inventario: los enfrentamientos con los fieles hicieron centenares de víctimas. Los católicos tomaron la revancha bajo el régimen de Vichy. Quien mejor encarnó y describió las dos Francias fue Charles Maurras: él se llamaba católico, pero no cristiano, más apegado al orden que a la misa. Del lado de los republicanos, hay un apego a otro orden, pero igualmente autoritario.

El matrimonio es un rehén de este enfrentamiento. ¿Por qué, en última instancia, el Estado debe intervenir en el matrimonio? ¿Por qué no concebir el matrimonio como un contrato civil entre adultos que consienten o simplemente como un acto religioso? Su naturaleza no requiere la santificación por el Estado, salvo en el caso de que el Estado sea sagrado: que es lo que pretende ser en Francia. (...)

En resumen, un gobierno verdaderamente comprometido con la libertad de matrimonio debería anunciar su supresión como acto administrativo para devolverlo a la esfera privada. Por el contrario, lo que estamos presenciando actualmente es una batalla por el poder del Estado sobre los individuos.

Mi opinión aparecerá como lo que es: ultra-liberal. Però como dijo Michael Foucault en su última conferencia en el Colegio de Francia, el pensamiento liberal es una utopía, pero es el único que ofrece una liberación del individuo en contra de las normas autoritarias que constantemente están tratando de imponer tanto la izquierda socialista como la derecha conservadora. Habrà que releer a Foucault, en este preciso momento. GUY SORMAN