Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


miércoles, 11 de julio de 2012

Ya no es Rajoy. ¡Es Bruselas, estúpido!

Finalmente, Europa le ha sacado con fórceps a Rajoy las reformas y las medidas de ajuste necesarias para iniciar la salida de la crisis. Aunque todavía hay algunas incógnitas e incoherencias, atribuibles a la lentitud y complejidad en el proceso de toma de decisiones de una Europa de vuelo gallináceo, la UE parece que por fin está tejiendo una estrategia coherente para superar la crisis, salvar la euro y fortalecer la unidad europea.

Aquí, sin embargo, todo el mundo -periodistas, políticos, sindicalistas o comentaristas- continúa hablando en términos exclusivamente internos. Como si las medidas anunciadas por Rajoy fueran un simple incumplimiento de su programa electoral y la respuesta debiera ser, como hasta ahora, una cuestión de política "nacional".

Las medidas anunciadas por Rajoy un día después de la publicación del Memorándum de condiciones para la intervención del sector bancario español tienen poco que ver con el gobierno español. Son una imposición de la Unión Europea. Son las recetas que la UE ha pactado y prescrito al Estado español y forman parte de un proceso cada vez más decidido a culminar la unión fiscal y política del continente.

Ciertamente, Rajoy podría haber presentado antes y por iniciativa propia estas reformas. Esto, al menos, le habría permitido hacerlas de manera más coherente con su programa electoral y reforzar así su liderazgo. Pero la miopía política -léase elecciones andaluzas- y la constante vacilación ideológica le han llevado a la irrelevancia.

Por lo tanto, en esta nueva situación, las críticas a favor o en contra del plan de salida de la crisis deberían dirigirse no tanto al gobierno español como a Bruselas. El tema ya no es el programa electoral del PP o las ganas que le tienen sindicatos y socialistas. El tema es si las medidas recetadas son coherentes con el proyecto europeo o no. Si serán efectivas para España y el resto de países europeos más tocados por la crisis o no. El debate ya no es "nacional" sino europeo. Pero mucho me temo que aquí continuaremos con nuestro autismo político. Con nuestro provincianismo secular.