Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


lunes, 14 de mayo de 2012

El fin de la historia retrocede en Europa

¿Está en riesgo el modelo liberal y la democracia europeas? 
¿Quiénes los cuestionan en la derecha política y por qué?, 
¿Quiénes en la izquierda y por qué? 
¿Cuáles serán las consecuencias a largo plazo de la crisis? 

Guy Sorman responde estas preguntas en un artículo de lectura imprescindible

Tras la caída del Muro de Berlín, el economista y politólogo estadounidense Francis Fukuyama capturó el espíritu de la época anunciando el fin de la historia. Su tesis, a menudo malinterpretada, no excluía los conflictos locales ni los sobresaltos en la democracia. Pero Fukuyama pensaba que tras la caída del comunismo solo sobreviviría un modelo de referencia: la democracia liberal, tal como la definía Occidente. Todas las naciones, explicaba, tendrían la democracia liberal como objetivo, lo que no implicaba necesariamente que todas llegaran a alcanzarla. Su fin de la historia significaba por tanto el fin de la competencia entre las ideologías, porque solo quedaría una viva. Pero, con justificada prudencia, no excluía que el juego de las pasiones humanas produjera en un futuro lejano la aparición de una nueva ideología alternativa a la democracia liberal: esa alternativa todavía no se había inventado, carecía de nombre y parecía lejana.

De hecho, después de 1989 hemos visto en las civilizaciones más diversas el progreso de la idea liberal, que ha transformado la forma de los gobiernos y los modos de gestión de la economía: el capitalismo de Estado retrocedía en todas partes –en América Latina, en África, en la India–, en beneficio de un capitalismo de mercado que podríamos llamar democapitalismo, frente al capitalismo de Estado u ordocapitalismo. China resiste prácticamente en solitario ante la llamada de la democracia liberal y el democapitalismo. Pero vemos cómo en esa China surge con fuerza una sociedad civil para la que la democracia de influencia occidental encarna el fin de la historia. Los países árabes oscilan entre su tradición autoritaria y autárquica y la tentación democrática y democapitalista.

Desgraciadamente, en el interior del mundo occidental, e incluso en su misma cuna, no asistimos a la aparición de la ideología alternativa desconocida que señalaba Fukuyama, sino al regreso a formas de pensamiento muy antiguas: el nacionalismo agresivo, la xenofobia, la autarquía económica, el despotismo más o menos ilustrado. Reuniremos todas esas tendencias bajo el término de “tentación autoritaria”. La tentación autoritaria afecta al Estado democrático, a la constitución europea, a la globalización entendida como civilización y al democapitalismo.

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