Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


miércoles, 22 de febrero de 2012

Otra vez quieren ganar en la calle lo que perdieron en las urnas

La izquierda está convencida de que es la única fuerza política legitimada moralmente para gobernar. Y por eso siempre digiere mal las derrotas electorales y cae tan a menudo en la tentación de querer ganar en la calle lo que ha perdido en las urnas. Ahora, la excusa ha sido un presunto exceso de violencia policial contra los jóvenes cachorros de la progresía valenciana que protestaban contra los recortes en la enseñanza pública. La izquierda, anclada todavía en el antifranquismo, cree justificado que cualquier colectivo pueda manifestarse donde, cuando y como quiera, confundiendo espontaneidad con libertad. Y es que la izquierda también está convencida de que la calle es suya y que, en consecuencia, puede hacer en ella lo que quiera. Si odian tanto a Fraga es porque fue el único que se atrevió a disputarles ese monopolio.

En una sociedad democrática hay muchas maneras de manifestar públicamente la opinión propia sin tener que vulnerar los derechos de los demás (a la libre circulación, la seguridad ...), pero esto no es habitual. Cualquiera se cree con el derecho de cargar sus problemas sobre los demás y utilizarlos como rehenes para presionar a Dios y su madre. Lamentablemente, en estas situaciones la policía no suele actuar con la contudencia necesaria por que sus responsables políticos tienen miedo a ser considerados poco demócratas. Lo que ha pasado en Valencia y las declaraciones confusas del ministro del Interior lo demuestran.

Pues, no. Lo que es poco demócrata es que los poderes públicos hayan tolerado durante más de treinta años manifestaciones, ocupaciones y huelgas salvajes, sin impedirlo; desistiendo, en beneficio de las minorías más ruidosas, de su obligación legal y política de garantizar los derechos y libertades de todos los ciudadanos. Y si la policía, en un momento dado, se excede en sus funciones, los afectados siempre pueden denunciarlo a la justicia. Lo que no pueden hacer es avalar procedimientos predemocráticos y al margen de las instituciones para impedir que el gobierno legítimo del país gobierne. Porque son las urnas y no la calle las que les han dado la mayoría absoluta para gobernar, aunque no sean tan majos y guais como nosotros.