Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



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martes, 27 de septiembre de 2011

El problema es la seguridad, no los asentamientos

Israel quiere la paz con un Estado palestino, pero los palestinos quieren un Estado sin paz con Israel. Esta frase del discurso de Benjamin Netanyahu ante la Asamblea General de la ONU, en respuesta a la intervención unos minutos antes de Mahmud Abbás pidiendo el reconocimiento internacional inmediato del Estado palestino, resume perfectamente cuál es la situación y quién la bloquea. A la comprensible demanda de Israel de que cualquier acuerdo debe garantizar la seguridad del pueblo y del Estado judío, Abbás le responde pidiendo la proclamación unilateral del Estado palestino, alegando que el crecimiento de los asentamientos hace imposible la negociación.

Aunque cueste de entender, la demanda de Abás ha calado. En los últimos tiempos, algunas instancias internacionales han intentado equiparar la demanda palestina de parar los asentamientos con la demanda israelí de seguridad, como si los dos platos de la balanza fueran equivalentes. Peor aún, han intentado banalizar la posición judía calificandola de "obsesión" cuando no de paranoia, sin querer entender que para los israelíes es mucho más importante la seguridad que los asentamientos.

Es probable que los israelíes tengan más miedo del que deberían tener, ya que en todos estos años han demostrado sobradamente que pueden defenderse y derrotar a los enemigos que los rodean, pero el sentimiento de vulnerabilidad, guste o no, forma parte del ADN judío. Y no por una ficción mental, sino por la realidad brutal de su experiencia histórica y vital: de la diáspora a los progroms, del Holocausto a las guerras con los árabes, de los atentados terroristas a las amenazas iraníes de destrucción masiva.

Esta experiencia traumática no es sólo un recuerdo histórico sino una realidad que se vive, resumida y concentrada, en el Israel actual. Aún quedan en muchas familias abuelos o bisabuelos con un número tatuado en el brazo por los nazis; de vez en cuando aún llegan judíos que huyen de países donde son perseguidos o mantenidos como ciudadanos de segunda; gran parte de las familias israelíes ha vivido directamente seis guerras en 50 años y un número considerable de ellas han perdido parientes, amigos o conocidos en ataques y atentados. Esta situación de tensión permanente ha hecho que en los últimos años la emigración de judíos superase a la inmigración. Ante la dificultad de llegar a una paz verdadera, hay quién no quieren que sus hijos vivan permanentemente con el corazón en un puño y optan por marcharse. La seguridad, pues, no es un capricho para los judíos, es su supervivencia en paz y tranquilidad.

Por el contrario, las exigencias "irrenunciables" los palestinos son muchas y más difusas y su prioridad varía según el momento. Desde la segunda Intifada, su prioridad son los asentamientos. Ciertamente, este es un tema importante, ya que una extensión ilimitada de las colonias acabaría haciendo inviable un estado palestino. También es cierto que en la democracia israelí, como en muchos otros lugares, hay sectores ultranacionalistas y minorías religiosas, más o menos delirantes, partidarias del Gran Israel bíblico y que empujan en esa dirección. Minorías que, según la aritmética democrática del momento, pueden condicionar las mayorías de gobierno y crear situaciones comprometidas.

Pero la realidad es que hay un amplio consenso en la sociedad israelí sobre los términos y las circunstancias en que los asentamientos deben ser intercambiados por la paz.

Cuando Israel firmó el Tratado con Egipto devolvió todos los territorios conquistados y, más recientemente, cuando abandonó Gaza, desmanteló los 21 asentamientos existentes, con una población en torno a las 7.000 personas. Pero la situación en Cisjordania es diferente, ya que el número de colonias o asentamientos se acerca a los 150, con una población de 450.000 personas (datos del 2006). A menudo, sin embargo, las cifras que se dan suelen ser engañosas ya que se contabilizan como colonias poblaciones judías milenarias como la de Hebrón, o bien consideran como "asentamientos" toda nueva edificación en Jerusalén Este, como si la ciudad estuviera claramente dividida entre una parte judía y otra palestina. Actualmente, Jerusalén es un mosaico de barrios judíos, árabes y mixtos donde nada impide a los residentes árabes desplazarse hacia barrios predominantemente judíos. De hecho, la única vez que la parte oriental de Jerusalén fue exclusivamente árabe fue entre 1949 y 1967, y se debía a que Jordania ocupó la zona y expulsó por la fuerza a todos los judíos ..

En todas las negociaciones que ha habido hasta ahora, Israel sólo ha defendido la permanencia bajo control israelí de dos o tres conglomerados residenciales judíos situados tras la línea verde. Para el resto, se contemplan las opciones del desmantelamiento o de la permanencia de sus habitantes como ciudadanos del estado palestino, del mismo modo que hay más de un millón de palestinos que son ciudadanos del estado judío i que no quieren dejar de serlo. Lamentablemente, de esta segunda opción la Autoridad Palestina no quiere ni oír hablar. En cambio, si que habla continuamente del retorno de los refugiados palestinos al interior de las fronteras de Israel.

El problema de los asentamientos, pues, no es ni el principal ni el más urgente de los problemas entre Israel y los palestinos. Lo más urgente es que los palestinos acepten negociar sin condiciones previas una paz creíble a cambio de un estado viable. Un estado que tendrá unas hipotecas temporales, como la desmilitarización y la existencia de zonas de control militar israelí, que irán despareciendo a medida que se restablezca la confianza mutua y la democracia avance y se consolide en la región. Es decir, cuando haya un estado palestino surgido de un acuerdo de paz con Israel y no de un estado palestino nacido en conflicto con el estado judío