Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


miércoles, 25 de mayo de 2011

El fracaso de las tres versiones del socialismo del siglo XX

Ignacio Sotelo:
El socialismo no tiene la menor posibilidad de sobrevivir, si no reconoce el fracaso de las tres versiones que ha puesto en marcha en el siglo XX. El modelo estatal colectivista de la revolución bolchevique naufragó a lo más tardar en 1990, dejando tan solo una pesadilla en la que se combina la ineficacia con el terror, pero 20 años antes ya había empezado a desmoronarse el modelo socialdemócrata keynesiano, que por la vía democrática aspiraba a lograr una sociedad en la que estuvieren garantizados la igualdad de oportunidades y un nivel de vida digno para todos. La crisis actual ha hundido la última versión “débil” de la socialdemocracia, la tercera vía británica, que en un mundo globalizado había aceptado el neoliberalismo como última expresión de la racionalidad económica, con la pretensión ilusoria de poder frenar el desmantelamiento del Estado social.

El desmoronamiento se explica por los cambios socioeconómicos que han dejado a las tres versiones del socialismo sin base social. La impotencia creciente del Estado -en España aún mayor por su desmembración interna- elimina no ya tan solo el modelo estatal colectivista, que muestra otros fallos de mucho mayor calado, sino también el socialdemócrata keynesiano, al que todavía se remiten flecos de una izquierda residual. El hecho fundamental de que el trabajo haya dejado de ser el eje central que articula la vida de amplias capas sociales ha significado un golpe definitivo a la socialdemocracia, incluso en su última versión débil